Todo comenzó con un antojo. Más bien, con una Moscow Mule en las vacaciones. Ese pedazo de jengibre cristalizado que complementaba mi cocktail fue perfecto: picaba pero era dulce, sabía a jengibre y era refrescante y energizante…
Meses después, queriendo replicarlo, y gracias a una amiga que también es “jengibrosa”, me puse a cocinar la raíz. Lo empecé a compartir y cuando menos me di cuenta había comenzado el camino de Sabor Ananda, buscando cómo satisfacer los antojos de nosotros, los jengibrosos.
Y luego, experimentando en el camino de la Moscow Mule y los cocktails, dí con unas pociones deliciosas que han enamorado a todos los que las han probado y pues, ahora, también las comparto.
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¿Ananda? significa (muy simplificadamente) bliss, que me parece la perfecta descripción del gozo que espero tengan mis experimentos en todos tus sentidos.